Recuerdo la primera vez que fui al Museo. Sería precioso decir que ese día descubrí el sentido de la vida, pero fue un infierno. Lo recuerdo agotador, todo el día deambulando de cuadro en cuadro y de sala en sala, viendo lienzos de rancios colores apagados e historias que no conocía, y deteniéndome sólo cuando…
